¿Realmente la ignorancia es felicidad?

Aunque la ignorancia crea la ilusión de proteger, la indiferencia para los bien informados no parece ser tan mala opción.

LuisFer
4 min readDec 24, 2020

¿Por qué será que la gente menos inteligente es más feliz? Es un argumento que muchas veces sale a la luz en los comentarios de redes sociales. “Entre uno más sabe, más infeliz es” como si de alguna manera se justificara la ignorancia y su relación con la felicidad. Pero esta correlación no es absoluta aunque es cierto que la información puede resultar intimidante porque nos puede despojar de una falsa sensación de seguridad brindada por una creencia.

¿Por qué la iglesia condenó a Galileo? ¿Qué tanta certeza le daba a los humanos del siglo XVII asumirse como el centro del universo? Galileo nos mostró el heliocentrismo y nos dimos cuenta de que en este universo estamos a merced de fuerzas más allá de nuestra comprensión. Y aunque fue una gran crisis la que trajo esta idea, la sociedad continuó, la iglesia se adaptó y tras 300 años se le perdonó a Galileo.

¿Se imaginan la cantidad de ansiedad que la gente experimento al cuestionar el geocentrismo? Es como si te dijeran que te quieren meter un chip en una vacuna...

El geocentrismo era el sistema de pensamiento predominante y hoy en día saber que no es así nos resulta indiferente porque ya lo asumimos como parte de la realidad. ¿A dónde voy con todo esto? Quiero dejar claro que una cosa es ser inteligente (o no serlo) y la otra es ser despreocupado, indiferente y relajado.

Es muy paradójico como funcionamos los seres humanos. Nos podemos llegar a perturbar por pensamientos e información que no necesariamente afectan en nuestra realidad (pero creemos que sí). Lo que puede dejar en evidencia que la perturbación por datos se puede deber más a falta de resiliencia y madurez mental y emocional que a la información en si misma.

Por ejemplo, saber que nos enfrentaremos a la singularidad tecnológica en los próximos años te puede generar ansiedad o te puede dar igual. La diferencia está en la respuesta emocional y anímica que podrías presentar.

Preocuparte de más te generará ansiedad y miedo, te hace evasivo y te condiciona a huir del peor resultado… porque sabes qué es lo peor que puede pasar. La indiferencia, aunque no propone nada, conserva el mismo estado anímico que tienes antes de exponerte a esas ideas. La ignorancia en contraste te conserva en ese estado de “felicidad” porque en realidad no te expone a nada. Es como vivir una burbuja.

¿Qué es lo que podemos obtener de la indiferencia? La indiferencia es un punto intermedio entre el aprecio y el desprecio, muchas veces utilizado como un sistema de defensa para evitar sentirte herido o lastimado emocionalmente. Y tiene todo el sentido del mundo, no lo juzgo. Si no tienes ningún tipo de herramienta, poder o fuerza para actuar ¿para qué te vas a preocupar? Es mucho más sencillo no hacer nada.

Pero ya una vez que sabes… ¿Qué opción te queda? Ya no eres un ignorante, así que al mundo inocente no puedes volver. ¿Preocuparte? parece ser más una simple reacción que una decisión. La indiferencia, como mencioné, no propone nada pero te da una ventaja: el hecho de que no modifique tu estado anímico te permite ver las cosas como son.

En el momento en que ves fríamente también tienes la posibilidad de reaccionar de una manera más racional. Puedes decidir sobre la información que tienes. ¿No puedes ni quieres hacer nada? Excelente, sabes que no es tu lucha ¿Qué te podría pedir que hicieras? Pero si encuentras un margen de acción hay una posibilidad de maniobrar entre la línea del aprecio y el desprecio. El punto justo para preocuparte y ocuparte de cosas sobre las que existe una injerencia real.

Entonces ¿Los ignorantes son más felices? No, solo son ignorantes. ¿La información trae infelicidad? No, solo es que te preocupas y te pones ansioso. ¿Sería feliz siendo indiferente? Tal vez pero dejas todo como está, así que hay poca diferencia con ser un ignorante.

La felicidad es totalmente independiente del nivel de conocimientos que alguien tiene. Si bien hay información muy perturbadora, es el manejo de esta a nivel personal lo que termina por afectar el estado anímico. Creo que la clave está en no abrumarse, ni toda la información es igual en contenido ni en la manera en que te aproximas a ella. Ahí en ese primer contacto es donde puede radicar el trauma, la negación y el escepticismo.

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